La película Oppenheimer salió al público en 2023 producida por Cristopher Nolan y como Robert J. Oppenheimer el actor Cillian Murphy. Esta es una película de suspenso biográfico sobre la vida de este físico teórico estadounidense enfocado en el juicio político luego de su involucramiento en la elaboración de la bomba nuclear que pondría fin a la segunda guerra mundial. El impacto mediático de esta película fue tal que llegó a ser una de las películas
más taquilleras del 2023, de hecho, es la biopic más taquillera de todos los tiempos. En los premios Oscar tuvo 13 nominaciones y ganó 7 estatuillas.

La película trata sobre la responsabilidad del uso de la ciencia y la tecnología en asuntos políticos y sociales. La película no solo habla de la historia de este genio de la física sino se
enfoca en el involucramiento en la hechura de la bomba atómica, su fama posterior y la persecución subsecuente por oponerse a la continuación. Dialoga en torno a distintos dilemas éticos como es el de la guerra y las armas. En los últimos minutos de la película se revela la
plática que tiene Oppenheimer con Einstein quien le dice que lo llamaron y luego de que logre el cometido lo felicitarán, pero solo para felicitarse a sí mismos. Es decir, solo será utilizado por el gobierno. Oppenheimer dice que, aunque el cielo no se quemaría con la explosión
sí iniciarían la quema de este mundo, previendo todo lo que puede suceder en el futuro.

Oppenheimer se presenta como un genio excéntrico con inclinaciones políticas comunistas preocupado por la situación de los trabajadores, los afroamericanos y gente pobre. También fue defensor del sindicalismo. Su responsabilidad social se ve en su disposición a la
elaboración de una bomba nuclear con el fin de detener la amenaza nazi que constituía un peligro no solo para los judíos sino para todo el mundo ante una posible conquista de los países europeos. Esto es, porque aquello le pareció injusto. No obstante, su cercanía con el
comunismo lo llevaría a problemas fuertes luego de elaborar la bomba. Pues posterior a ello vino la guerra fría con la URSS.

Durante el comienzo del siglo XX hubo un boom en lo que posteriormente fue llamada la física moderna que vino a revolucionar esta área de la ciencia desde los tiempos de Newton quien había establecido la física clásica. La misma película muestra a distintos personajes que fueron condecorados con el premio Nobel y que han pasado a la historia por sus teorías y leyes como Albert Einstein en el desarrollo de la teoría de la relatividad y Paul Dirac, Max Planck, Schrödinger, Heisenberg, Bohr, Pauli, Curie, Chadwick y muchos otros en el de la teoría atómica y la mecánica cuántica. El mismo Oppenheimer al estudiar en Europa y tener contacto con la mayoría de ellos fue uno de los primeros estadounidenses en tener de primera mano toda la teoría y en verse impulsado en el descubrimiento de los hoyos negros y a cuestiones relacionadas con la física cuántica y la energía nuclear. La relevancia de Oppenheimer es que pudo conectar el aspecto científico con el práctico y el involucramiento político- social
generando literalmente, a través de esta bomba, un cambio en la historia mundial.


Con Oppenheimer se ve claramente la diferencia entre una concepción moderna de la ciencia y la posmoderna. En la primera, la ciencia se mira con la esperanza de crear un mundo mejor, donde la enfermedad, el hambre y las necesidades humanas quedarían suplidas dando una mejor calidad de vida. No obstante, en el tiempo posterior a la primera y segunda guerra mundial que impulsaron tecnologías nuevas para atacar a otros vino la desilusión en muchos científicos respecto al progreso de la humanidad. Esto es realmente uno de los factores determinantes que lleva al surgimiento del posmodernismo en el mundo.

Se puede decir, no obstante que la ciencia descubierta durante estos primeros años del siglo XX también trajo una serie de tecnologías que en particular a fines de ese siglo transformaron todo lo conocido con el avance de la computación y ahora con la inteligencia artificial.
No por algo muchas películas contienen la idea del peligro de los científicos locos que quieren conquistar el mundo contra los que tienen que luchar los superhéroes.


Como antivalores podemos ver la ambición política y militar de distintas naciones no solo que los lleva a la búsqueda de una conquista de las naciones como forma de obtener más economía sino de obtener dominio y control sobre otros. Al inicio de la guerra era Hitler
promoviendo la superioridad aria, pero al final de la guerra dos polos opuestos quedan en el mundo ante un nuevo orden internacional liderados por Estados Unidos y Rusia, el primero como representante del capitalismo y el segundo del socialismo.


El dilema del uso de las armas de destrucción masiva se presenta como, “no sé si sea bueno que nosotros hagamos explotar la bomba, pero sí sé que sería malo que lo usara Hitler”. La decisión se tomó en base al pragmatismo al pensamiento que el fin justifica los medios, en
este caso la hechura y explosión de una bomba en Hiroshima y Nagasaki. También en la elección del menor de los males que llevaría a la muerte de más de 140, 000 japoneses.


No obstante Oppenheimer tuvo conciencia y responsabilidad social al darse cuenta que podría generarse una carrera armamentística de los países lo llevó a no solo advertir sino en volverse contrario al desarrollo de más armas de destrucción masiva que ponen en riesgo a la humanidad. Pese a la insistencia de Oppenheimer de avisar a otros países como Rusia para que no llegaran a desarrollar armas semejantes, los gobernantes no hicieron caso y hoy hay muchas
naciones con armas nucleares capaces de destruir el mundo varias veces. El país con más armas nucleares es Rusia, seguido de Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, Pakistán, India, Corea del Norte e Israel, entre otros.


John Stott da algunas muestras de cómo a veces la cultura en la que estamos nos impide ver, y una de las cosas en que dice que estamos ciegos es en no pronunciarnos al respecto de las armas de destrucción masiva a diferencia de los católicos y otros movimientos que han mostrado su preocupación cristiana alrededor de la guerra.


Yo diría que la mayoría de los pastores son indiferentes a estas realidades mundiales que hoy afectan la tierra. Proviniendo de un contexto afectado por el evangelicalismo norteamericano y un pentecostalismo que por décadas predicó sobre la venida inminente de Jesucristo y el consiguiente inicio del fin del mundo hubo distintas reacciones: Miedo de la destrucción que llevó a algunos a una predicación más urgente, el pensamiento de que la destrucción tenía que ser y nada se podía hacer para evitarlo, una condena a todo lo que tuviese que ver con el comunismo como cosa del diablo y a Rusia como Gog y Magog, y un aumento de una escatología de ficción. No obstante, al ser la iglesia cristiana un conjunto de congregaciones sin representación suficientemente fuerte no hizo pronunciamientos al respecto, no hubo exhortos proféticos a los gobernantes, ni siquiera los evangelistas famosos de los noventas hicieron un trabajo como ese, a excepción quizá de la visita de Billy Graham a Rusia que fue muy criticada por muchos creyentes americanos.

Hoy el recuerdo de estas guerras ha quedado olvidado y a muchos nos parece lejana la posibilidad de una guerra nuclear. No obstante, el peligro potencial permanece y se despierta cuando se habla del surgimiento de tiranos en Irán, Corea del Norte o Pakistán. Aun con
ello, el avance científico y tecnológico presenta peligros tremendos a la raza humana de los cuales los creyentes solemos permanecer como inconscientes y la batuta la llevan los líderes sociales y políticos.

Evaluación bíblica teológica

Primero debemos decir que conforme a la Escritura Dios creó todas las cosas y estas le pertenecen. De Dios es la tierra y a quien él quiso se la dio (Sal. 24:1) al ser el Creador. No obstante, también nos puso como administradores o mayordomos de los recursos naturales
para el sustento propio y el cuidado de las familias. El mandato cultural dado en Génesis 1:28, – fructificaos, multiplicaos y sojuzgad- implican el desarrollo armónico de la vida humana mediante el uso de los recursos naturales. Cuando Dios le manda labrar la tierra, cuidarla y ponerles nombres a los animales; de alguna manera lo pone en contacto con la
ciencia y la tecnología, es decir, con el conocimiento de las cosas naturales y con el uso de ellas para su provecho.


Dios hizo al ser humano a su imagen y semejanza y esto implica la creatividad para hacer cosas nuevas, la inteligencia y la razón. No solo eso, en la cosmovisión cristiana el mundo se ve como algo ordenado de forma racional, de hecho, Juan presenta al Verbo como el creador y
ordenador de todo. El universo según el cristianismo sigue leyes y principios establecidos por Dios. El hombre pues está capacitado para descubrir los secretos del mundo. El proverbista dice en Proverbios 25:2 “Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo.” Aunque la Biblia dice que todo lo que Dios hizo es bueno, no significa que el uso de las cosas sea siempre bueno. Esto debe juzgarse en base a las leyes morales reveladas en los diez
mandamientos. Por tanto, el descubrimiento de la ciencia nuclear y de la física cuántica debe ser para el bien de la humanidad, nunca para su mal.


Por otra parte, sabemos que dentro de la ética cristiana hay tres posturas alrededor de la guerra y el uso de las armas las cuales son el pacifismo, la guerra justa y el activismo. Todas parten desde una base bíblica, no obstante, la postura de la guerra justa ha sido la que más
aceptación ha tenido tradicionalmente en la iglesia cristiana. En términos generales esta tradición sigue el pensamiento de Agustín que decía, basado en Pablo, que el gobierno civil ha sido autorizado por Dios para el uso de las armas a fin de enfrentar al mal (Ro. 13). Si bien
Dios no quiere la violencia ni la muerte de nadie, también estableció autoridades para juzgar el asesinato en el pacto noético (Gén. 9).


Dios permitió que su pueblo Israel peleara en distintas guerras, pero dándole ciertas normas que lo hacían más humano a la hora de enfrentarse a los pueblos cananeos (Dt. 20), pero su confianza no debía estar en las armas o en los caballos (Dt. 17:16). Dios calificó esto como una falta de dependencia en él. Agustín estableció algunas normas sobre la guerra y uno de ellos es el del uso de los medios proporcionados, con lo cual queda de patente que el uso de las armas
nucleares es indebido.


La Biblia condena la codicia y la avaricia de los cuáles surgen las guerras (Stg. 4:1-6). Es la ambición humana por conquistar o dominar a otros, por quedarse con los recursos ajenos lo que ha llevado a la invasión y la posterior respuesta, es también el orgullo de raza o nación
lo que lleva al menosprecio de las demás personas que al igual son hechos a imagen de Dios.


Esto nos desafía a una concientización respecto a los problemas sociales, políticos y militares que hay en el tiempo actual que nos afectan a todos. No solo debemos pensar en los asuntos de problemas internos de la iglesia, sino también en aquellos que nos atañen por ser parte de esta tierra. Muchas veces los cristianos piensan que por ser ciudadanos del reino de los cielos deben olvidarse de su planeta y del resto de los habitantes. Muchos esperan a que todo esto
quede destruido en el día del juicio declarándolo ya como perdido. Sin embargo, nos afecta la contaminación de las aguas de los ríos, el cambio climático, el uso de alimento transgénico, las guerras, las crisis económicas, las nuevas tecnologías, etc. ¿Cómo nos afectaría la
explosión de una bomba en nuestro país?


Parte de la llamada irrelevancia por la que el mundo actual nos juzga tiene que ver con que no estamos viendo por aquellos problemas que están afectando a millones de personas. De ahí la responsabilidad social y política. Algo que nos deja la película de Oppenheimer es la enseñanza de que podemos afectar a mucha gente con la función que tenemos. Pero que hay posiciones clave que cambian la historia y es la de aquellos que tienen el poder. Como cristianos somos llamados, no obstante, a poner la confianza en Dios no en la fuerza o el desarrollo
tecnológico del cual hoy dependen las naciones para dominar a otros.

También tenemos la confianza en Dios que él está en pleno control de los acontecimientos mundiales y en la caída y surgimiento de las naciones; o como dijo Nabucodonosor: Dios pone reyes y quita reyes, él cambia los tiempos. Sin embargo, también podemos considerar que la ciencia y la tecnología pueden producir cosas muy buenas y útiles. Como se ha dicho, la investigación no se hace en el vacío, siempre detrás hay intereses que pueden ser políticos, económicos o sociales. Podríamos decir que sí existe la ciencia neoliberal, la ciencia dedicada al consumo, la ciencia ideologizada, etc.


Ahora bien, la película nos muestra que la ciencia y la tecnología puede cambiar la historia para bien o para mal. No obstante, el uso de la tecnología nunca se da por sí solo o sin permiso, siempre lleva el aval del gobierno o la autoridad imperante. Dependiendo de qué tipo sean
las fuerzas del estado y la situación histórica harán uso de las nuevas tecnologías o las dejarán avanzar.

Por tal motivo considero necesario estudiar hoy más que nunca la ética cristiana en sus aspectos bioéticos que hoy son los más discutibles desde lo que tiene que ver con el aborto, el cambio de sexo, los movimientos lgtb y feministas, el cambio climático, la contaminación, la
migración, la inteligencia artificial, la clonación, el uso de las armas nucleares y el uso de tecnología disruptiva. Debemos hacer uso de la Palabra en el pronunciamiento profético pues, aunque no somos muchos nobles o poderosos somos escogidos para ser representantes del reino de los cielos. Por otra parte, es nuestro deber impulsar a creyentes en las áreas de gobierno, en la ciencia, en las artes, en los medios, en las empresas, etc.